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domingo, 3 de agosto de 2008

TRADUCCIÓN Y DOBLAJE

El problema del doblaje es que vuelve "locales" modos y formas que no lo son en el producto original; se suele preferir, para conservar el producto, el doblaje neutro, es decir, aquél que no tiene muchas connotaciones “culturales”, pero también se está estilando una tendencia que se impone en mercados "grandes" como México, donde la norma desde hace unos años –y siempre con Disney como punta de lanza– es hacer doblajes “localistas”, con claras referencias a la cultura del país.
El problema básico está, por tanto, en hacer asequible, mediante el doblaje y la traducción, una cultura extraña a otra cultura con una semiosfera distinta.

EJEMPLO:

Crimen y Castigo


Escena 6

—No, not like that.
—No, eso no.
—Then what?
—¿Entonces qué?
—I need your forgiveness.
—Necesito tu perdón.
—For what sin?
— ¿Por qué pecado?
—I know who killed your friend Elizavieta.
— Sé quien mató a tu amiga Elizavieta.
—They found him?
— ¿Lo encontraron?
—A man has confessed, but he’s not the one.
— Un hombre confesó, pero no es él.
—How do you know?
—¿Cómo lo sabes?
—Can’t you guess? He did not mean to kill her. He meant to kill the other woman, her sister, who was supposed to be alone. But then Elizavieta came in and… Look at that man.
—¿No puedes adivinar? Él no quería matarla. Él quería matar a la otra mujer, su hermana, que se suponía estaría sola. Pero entonces entró Elizavieta y… Mira a ese hombre.
—It isn’t true. It can’t be true. Rodya, I love you. Tell me you didn’t do it, please. Tell me you didn’t do it. Please, please.
—No es verdad. No puede ser verdad. Rodya, te amo. Dime que no lo hiciste, por favor. Dime que no lo hiciste. Por favor, por favor.
—It is true.
—Es verdad.
—No. Why? Why, Rodya? What have you done? What have you done to yourself? Where you that angry or did you do it to help your mother? Why, Rodya? Why?
—No. ¿Por qué? ¿Por qué, Rodya? ¿Qué has hecho? ¿Qué te has hecho? ¿Estabas tan enojado o lo hiciste para ayudar a tu madre? ¿Por qué, Rodya? ¿Por qué?
—I don’t know why. It was… No. It was not for the Money. It was because I… I don’t know why. She was a useless creature. I wanted to change the world, to make it a better place. I wanted to get rid off her and all the evil like her. She was vicious and cruel and mean to so many people. It was no sin to get rid off her. It was justice. Great men do terrible things to bring about a better world. Look at Napoleon, look at what he achieved. I wanted to be like him, I wanted to be a Napoleon. But then there was Elizavieta and it wall went wrong. She did not deserve to die. I have killed myself.
—No sé por qué. Fue… No. No fue por el dinero. Fue porque yo… No sé por qué. Era una criatura inútil. Quería cambiar el mundo, hacerlo un lugar mejor. Quería deshacerme de ella y de todos los malvados como ella. Era mala y cruel, y mala con tanta gente. No fue pecado deshacerme de ella. Fue justicia. Los hombres grandiosos hacen cosas terribles para hacer un mundo mejor. Mira a Napoleón, mira lo que consiguió. Quería ser como él, quería ser un Napoleón. Pero entonces llegó Elizavieta y todo salió mal. Ella no merecía morir. Me he matado a mí mismo.
Lotman, fundador de la Escuela de Semiótica de la Cultura de Tartu (República Independiente de Estonia), ha realizado una importante contribución a la traductología y a la definición del concepto de "traducibilidad" desde un punto de vista semiótico.
Lotman dejó escritas cosas muy interesantes acerca de la traducibilidad. Para entender mejor los conceptos de Peeter Torop al respecto, es conveniente repasar la perspectiva general de Lotman respecto a la cultura:
([...] si, para la supervivencia biológica de un individuo, es suficiente la satisfacción de ciertas necesidades naturales, la vida de una colectividad no es posible sin una cultura [...] Todas las necesidades del hombre se pueden dividir en dos grupos. Al primero pertenecen aquéllas que se deben satisfacer de inmediato y que no pueden acumularse (o pueden hacerlo con dificultad). [...] Las necesidades que pueden satisfacerse mediante la acumulación de reservas forman el siguiente grupo. Son las bases objetivas de la adquisición, por parte del organismo, de información extragenética).
En la dialéctica naturaleza/cultura, Lotman atribuye sólo al hombre, entre los demás seres vivos, la posibilidad de pertenecer a los dos sistemas, es decir, al sistema natural y al sistema cultural:
(El hombre, en su lucha por la vida, se halla inserto en dos procesos: en uno interviene como consumidor de valores materiales, de cosas; en el otro, como acumulador de información. Ambas cosas son necesarias para la existencia. Si para el hombre, como criatura biológica, basta con la primera, la vida social requiere las dos).
No obstante, en opinión de Lotman, en el mundo semiótico no existen sólo el espacio cultural y el espacio natural, sino también un espacio de no cultura, "esa esfera que, funcionalmente, pertenece a la Cultura, pero que no cumple sus normas". Cuando Lotman habla de "cultura", se refiere al conjunto de las culturas que constituyen el mundo del hombre, y dentro de cada una de ellas identifica un "conjunto de lenguas", por lo que cada miembro de cualquier cultura dada es en cierta forma "políglota".
Como veremos, la visión que tiene Lotman de la cultura está en relación directa con la traducibilidad y la traductología.
(La cultura es una acumulación histórica de sistemas semióticos (lenguajes) [...] La traducción de los mismos textos a otros sistemas semióticos, la asimilación de los distintos textos, el desplazamiento de los límites entre los textos que pertenecen a la cultura y los que están más allá de sus límites, constituyen el mecanismo de la apropiación cultural de la realidad. La traducción de una porción determinada de la realidad a uno de los lenguajes de la cultura, su transformación en texto, es decir, en información codificada de cierta manera, la introducción de dicha información en la memoria colectiva: he ahí la esfera de la actividad cultural cotidiana. Sólo lo que se haya traducido a un sistema de signos puede pasar a formar parte de la memoria. La historia intelectual de la humanidad puede considerarse una lucha por la memoria. No es casual que la destrucción de una cultura se manifieste como destrucción de la memoria, la aniquilación de textos, el olvido de los nexos).
En escritos posteriores, en especial en el ensayo titulado Sobre la semiosfera, su concepción semiótica se basa cada vez más en el concepto de la traducción.
(Todo el espacio semiótico puede tomarse como un solo mecanismo, si no organismo. Así, no será este o aquel ladrillo el que aparezca como cimiento, sino el "gran sistema" denominado "semiosfera". La semiosfera es el espacio semiótico fuera del cual es imposible la semiosis).
Tal como sucede en el mundo geográfico, es la noción de "frontera" lo que reclama el concepto de "traducción". Donde no hay fronteras, no hay necesidad de traducción:
([...] la frontera semiótica es la suma de los filtros traductivos bilingües, por donde el texto que pasa se traduce a otra lengua (o a otras lenguas), y que se encuentra fuera de una semiosfera determinada. La "clausura" de una semiosfera se manifiesta en el hecho de que no puede entrar en contacto con textos heterosemióticos ni con no textos. Para que estos textos puedan aparecer como reales a los ojos de una semiosfera dada, ésta debe traducirlos a uno de los lenguajes de su espacio interno, es decir, semiotizar los datos. Por esta razón, los puntos de frontera de la semiosfera pueden considerarse similares a los receptores sensoriales que transmiten los estímulos externos al lenguaje de nuestro sistema nervioso, o a bloques de traducción que se adaptan a una cierta esfera semiótica, a un mundo que le es extraño).
La semiosfera, que puede considerarse más grande o más pequeña en función de sus fronteras internas y externas, es un enorme organismo traductivo. La traducción se encuentra en la base del sentido, de la cultura:
(La función de cualquier frontera o película, desde la membrana de la célula viva a la biosfera como película (según Vernadskij), que cubra nuestro planeta y el confín de la semiosfera, consiste en la limitación de la penetración, en el filtrado y en la reelaboración adaptativa de lo externo en interno. A distintos niveles, esta función invariante sucede de maneras diferentes. En el nivel de la semiosfera, significa una distinción entre lo propio y lo ajeno; un filtrado de las comunicaciones externas y su traducción a su propia lengua, así como la transformación de la no comunicación externa en comunicación, es decir, la semiotización de lo que proviene de fuera y su transformación en información. Según este punto de vista, todos los mecanismos de traducción al servicio de los contactos con el exterior pertenecen a la estructura de la semiosfera).
En otras palabras, la traducción es la base de la generación del sentido. Lo que se encuentra en el interior de un sistema (un hecho, un fenómeno, un acontecimiento), mientras permanezca sin ser descrito se sitúa en el exterior de la semiosfera, pertenece al mundo extrasemiótico.
Desde esta óptica, el concepto de traducibilidad adquiere una nueva dimensión. La diferencia entre sistemas ya no es el problema por excelencia de los traductores. Por el contrario, la presencia de dicha diferencia es necesaria para la vida del mundo cultural. El residuo traductivo deja de verse como una carga incómoda cuya gestión crea problemas a los traductores. El hecho de que no sea posible traducirlo todo garantiza la conservación de las diferencias y de la vida cultural.
El traductor pasa a ser, en un amplio sentido y desde la perspectiva de la traducción total, el instrumento de la vida en la semiosfera. La traducibilidad es un concepto relativo, pero se garantiza un mínimo de ella por la contigüidad de muchos sistemas (de muchas semiosferas) dentro del universo.

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